domingo, 16 de marzo de 2014

Los Verdaderos Sacrificios de la Vida.

         Ayer quedé con una vieja amiga. No es que sea mi mejor amiga, no tenemos esa complejidad, pero siempre hemos estado ahí. Ni la distancia ni ir con diferente grupos de amistades nos distancio. Es es la Amistad.

        Hay muchos tipos de conocidos, pero de amistad solo hay uno: son esas pocas personas que cuando tienes un problema están ahí, que con tu forma de hablar saben tu estado de ánimo, las que a peerse de la distancia nunca se van. La vida me ha enseñado a diferenciarlas. Yo he tenido "amigas" del instituto de las que creía que de verdad lo eran y en cuanto te distancias un poco desapareces de su mundo. No os confundáis, no lo eran.

        Yo, en ese sentido he tenido mucha suerte, la verdad. Para mi forma de ver las cosas, no tengo un exceso de amistades, pero las pocas que tengo son de verdad, en especial, una. Ella es de las pocas personas en las que confió plenamente. Se que pase lo que pase siempre la tendré a mi lado.

        Durante mi vida me ha fallado mi familia (mi abuela paterna, mi tía paterna, mis primos paternos, ...), nada me dolió más que separarlos de mi vida, pero si no lo hubiera hecho no creo que hubiera poder volver a conseguir sonreír de verdad. Estos son los verdaderos sacrificios que hay que hacer, saber apartar de tu vida a las personas que no te convienen o te pueden hacer daño, que siempre duele hacerlo, sí, pero el tiempo lo cura todo. A la larga es mucho mejor, creedme.

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